Un templo y un ARCA en el cielo
- F. E. Lizana A.
- 15 ene 2021
- 3 Min. de lectura
Y el templo de Dios fue abierto en el cielo, y el arca de su pacto se veía en el templo.
Apocalipsis 11:19

Un buen ejercicio mental de cada día es pensar que aun con todo nuestros “ripios” de carácter y hábitos conductuales, alguien nos ama y nos tiene considerado en los planes de su vida. En primer lugar, debe haber un ser querido, es difícil aceptar que nadie está totalmente solo y desamparado. Y si no tuviésemos a nadie en esta tierra, Dios nos ama. Jesús nos tiene considerado en sus planes, para esta vida y la venidera.
Así fue el gran sentimiento de Dios para con su pueblo en el desierto, cuando dijo a Moisés: “Y harán un santuario para mí, y habitaré en medio de ellos” (Éxodo 25:8), copia del Santuario celestial. Su amor por nosotros lo volvió a expresar siglos más tarde por medio del Evangelio: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna” (S. Juan 3:16).
La distribución del Santuario era así: el atrio exterior, lugar santo, y el santísimo. En este último había solo un mueble, que era el Arca del pacto y dentro de ella, dos tablas de piedras con los Diez Mandamientos de Dios.
La Santa Biblia testifica de esto: “Fieles son todos sus mandamientos, Afirmados eternamente y para siempre, Hechos en verdad y en rectitud” (Salmo 111:7, 8), “Tu justicia es justicia eterna, Y tu ley la verdad (… ) Todos tus mandamientos son verdad” (Salmo 119:142, 151).
En la controversia final del bien con las fuerzas del mal, Dios considera que en casi en la mayoría de los habitantes de la tierra existe un desprecio a su ley y al dador de ella, que precipita una intervención divina. El profeta dice: “La tierra será enteramente vaciada, y completamente saqueada, porque Jehová ha pronunciado esta palabra. Se destruyó, cayó la tierra, enfermó, cayó el mundo, enfermaron los altos pueblos de la tierra, que se contaminó bajo sus moradores porque traspasaron las leyes, falsearon el derecho, quebrantaron el pacto sempiterno. Por esta causa la maldición consumió la tierra, y sus moradores fueron asolados, por esta causa fueron consumidos los habitantes de la tierra, y disminuyeron los hombres” (Isaías 24:3-7).
En Apocalipsis 11:19 nos revela el meollo del conflicto, y el desagrado del cielo, al mostrar el Santuario celestial abierto y el Arca del pacto. “Cuando se abra el templo de Dios en el cielo ¡qué ocasión de triunfo será para los fieles y leales! En el templo se verá el Arca del pacto en que fueron puestas las dos tablas de piedra, sobre las cuales está escrita la ley de Dios, las que serán sacadas de su escondedero, y en ellas se verán los Diez Mandamientos esculpidos por el dedo de Dios. Esas tablas de piedra que ahora están en el Arca del pacto serán un testimonio convincente de la verdad y de la vigencia de la ley de Dios”(Carta 47,1902/H.de W. VRVG).
Apreciado, no todos necesariamente debemos andar por caminos de pecadores en esta tierra. Aún hay hombres y mujeres, fieles y leales, a los cuales Dios considera y ama: “Aquí está la paciencia de los santos, los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús” (Apoc.14:12).
Hoy Dios espera obediencia a sus mandamientos. Jesús dijo: “Si me amáis, guardad mis mandamientos” (S. Juan 14:15). ¿Qué decides?
Dios bendiga e inspire tu vida con la VERDAD
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