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Nuestro Dios que VIENE

  • Foto del escritor: F. E. Lizana A.
    F. E. Lizana A.
  • 14 dic 2020
  • 3 Min. de lectura

Dice el Señor, el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso.

Apocalipsis 1:8



Al examinar Apoc.1:4,8; 4:8, la expresión “ha de venir “, según los investigadores, afirman que Juan no tiene intención de presentar a Dios en su existencia abstracta que abarca tanto el futuro, como el pasado y el futuro. Si esa hubiese sido la intención, diría “Y será”, antes bien “ha de venir”, nos entrega un mensaje de la cercanía de Dios con su pueblo. De manera que este libro nos habla tres veces de ¡un Dios que viene! a nosotros. Nos hace bien pensar en eso, saber que nos estamos a la deriva, que podemos llamarle mediante el clamor de la oración. A veces sin ni siquiera acudir a él viene a nuestro corazón y nuestra vida. ¡A nuestro mundo! (S. Luc. 19:10).

Dios, antes de entregar a Moisés las tablas de la ley dijo; “(…) vendré a ti en una nube espesa...” (Exo.19:9). Donde le adorare su pueblo prometió: “(…) vendré a ti y te bendeciré” (Exo.20:14). El rey David, bajo inspiración divina escribió: “Vendrá nuestro Dios, y no callará, Fuego consumirá delante de él, Y tempestad poderosa le rodeará. Convocará a los cielos de arriba, Y a la tierra, para juzgar a su pueblo. Juntadme mis santos, Los que hicieron conmigo pacto con sacrificio” (Sal. 50:3-5).

En S. Mat. 11:3 preguntaron a Jesús “¿eres tú aquel que había de venir, o esperaremos a otro?”. Ante la creencia de la mujer samaritana, sobre el Mesías por venir, le reveló que ¡ÉL era! (S. Jn. 4:25, 26). El centurión romano le pidió ayuda para su siervo, el respondió; Yo iré y le sanaré” (S. Mat. 8:7). Cuando supo de la muerte de Lázaro dijo: “Nuestro amigo Lázaro duerme, más voy para despertarle (S. Jn.11:11). Su presentación ante las necesidades de los hombres era: yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia” (S. Jn.10:10). A sus discípulos les manifestó esta cercanía, prometiendo “¡Vendré otra vez! (…) “No os dejaré huérfanos vendré a vosotros”, haciendo referencia a la promesa del Espíritu Santo, como su representante en la tierra, su obra de consolación y compañía hasta su regreso (S. Jn. 14:3, 18). Y además dijo: “El que me ama, mi palabra guardará, mi Padre le amará, vendremos a él, y haremos morada con él” (S. Jn.14:23).


La apertura del sexto sello en Apocalipsis, revela las señales precursoras de su venida a la tierra, y además el cuadro fantástico de Jesús viniendo en su gloria, la gloria del Padre y la de los ángeles, “Miré cuando abrió el sexto sello, y he aquí hubo un gran terremoto; y el sol se puso negro como tela de cilicio, y la luna se volvió toda como sangre; y las estrellas del cielo cayeron sobre la tierra, (…). Y el cielo se desvaneció como un pergamino que se enrolla; y todo monte y toda isla se removió de su lugar. Y los reyes de la tierra, y los grandes, los ricos, los capitanes, los poderosos, todo siervo y todo libre, se escondieron en las cuevas y entre las peñas de los montes, decían a los montes y a las peñas: Caed sobre nosotros, y escondednos del rostro de aquel que está sentado sobre el trono y de la ira del Cordero, porque el gran día de su ira ha llegado, ¿y quién podrá sostenerse en pie?” (Apoc.6:12-17; S. Mat. 16:27).


Tan importante es su compromiso con sus santos en su venida, que cuando se abrió el séptimo y último sello de la serie, ‘se hizo un silencio, en el cielo como por media hora’ (Apoc.8:1). ¡Nadie quedó para la alabanza!, mientras que todos los ángeles acompañaban a Jesús en su Segunda Venida. ¡Algo increíble!


En la Biblia se revela un Dios cercano a su pueblo, que lo ama con amor eterno, que murió en una cruz para salvarlo. Que está interesado por nuestro futuro y que ha prometido estar con nosotros todos los días hasta el fin (S. Mat. 28:20).


Hoy Jesús te dice; “¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre? Aunque olvide ella, yo nunca me olvidaré de ti” (Isa. 49:15).


¡Es consolador saber que Dios, Jesús, los ángeles, el cielo todo nos AMA!

 
 
 

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© 2019 F. E. Lizana A.
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